Desde hace unos días todas las miradas están puestas en Andalucía. Por eso, ahora más que nunca, los andaluces tenemos que ser ambiciosos y valientes: salir a por todas y dar un paso firme para cambiar casi 40 años de un gobierno socialista que lastra nuestro futuro. Y, peor aún, mancha nuestra credibilidad e imagen.
Susana Díaz ha empezado reclamado un debate “respetuoso” con Andalucía ante las próximas elecciones autonómicas y pide, sin sonrojo, que se esté a la altura de lo que Andalucía merece. Y en esto estoy de acuerdo con ella porque los Andaluces se merecen mucho más. Para empezar, que se les diga la verdad, algo que su gobierno no hace.
El PSOE es experto en maquillar los datos y las cuentas públicas vendiendo una Andalucía que habría conseguido cotas inimaginables de desarrollo y riqueza, en grosero contraste con la realidad de una comunidad anclada en el clientelismo político y que ha vuelto a la cola del grupo de comunidades en desarrollo (las más pobres) de la UE.
Ciudadanos quiere que la campaña suene con el acento andaluz del progreso, la regeneración democrática, el impulso a la economía y el cumplimiento de los compromisos. Y que no suene a los lastres que hemos heredado tras 40 años del PSOE: corrupción, despilfarro, conformismo, incumplimientos reiterados y un largo etcétera.
A Andalucía le pesa y mucho el mayor caso de corrupción de la democracia: los ERES, con 22 ex altos cargos del gobierno PSOE imputados, entre ellos los antecesores y mentores de la propia Díaz: Chaves y Griñán, por malversación de caudales públicos cuyo desvío de dinero público superó los 850 millones de euros. Unos expresidentes socialistas de la Junta que ya no están en el sillón gracias al trabajo de Cs.
Otra de las losas es el escandaloso uso fraudulento las tarjetas black de la Faffe, donde se han gastado en prostíbulos, y que de momento que se sepa, más de 30.000 euros de fondos públicos dedicados a la formación de parados.
Andalucía también soporta años de clientelismo político. Se ha maquinado una administración paralela faraónica y sin control. En el apartado de “Regeneración democrática de la Administración”, el acuerdo con Cs promovía la «reducción al mínimo del número de entes y número de cargos directivos de los mismos». Y, sin embargo, el PSOE ha hecho todo lo contrario: los entes instrumentales elevan a cifras récord su gasto en contrataciones pese a la exigencia de Ciudadanos para recortarlos. Por eso ya hemos dejado claro que no apoyaremos una hipotética investidura de Díaz, porque ha demostrado que es incapaz de cumplir lo firmado.
Y las cifras hablan por sí solas del conformismo al que nos ha abocado el gobierno del PSOE: paro, fracaso escolar, listas de espera sanitarias… El ejecutivo que dirige Díaz es campeón nacional en no cumplir lo que firma, con multas de la UE por no construir depuradoras a pesar de que se cobra un canon específico en la factura del agua a todos los andaluces, miles de alumnos en aulas prefabricadas por centros educativos sin construir o infraestructuras sanitarias y profesionales sanitarios insuficientes para cubrir la demanda con garantías.
Andalucía va, pero no va bien. Nuestra comunidad autónoma tiene recursos, un gran potencial y talento que necesitan con urgencia de una buena gestión capaz de alcanzar las exigencias y retos del siglo XXI. No hay que gastar más sino gastar mejor. Por eso ahora más que nunca tenemos que actuar para que la voz de todos los andaluces suene con orgullo a: trabajo, seriedad, compromiso, regeneración democrática, progreso, inversión, gestión eficaz, responsabilidad y cumplimiento.
Artículo publicado por “Málaga Actualidad”