Se habla mucho de la importancia del turismo, de la aportación al PIB y del peso del empleo que genera sobre el global de nuestra economía. En muchos casos estas afirmaciones se hacen como crítica debido a esa alta dependencia, en otros casos haciendo referencia al supuesto bajo valor de la actividad turística, o en otros, incluso, se ataca al turismo aludiendo a la necesidad de un modelo sostenible, en contraposición al actual.
La aportación del turismo a nuestra economía es indudable. Lo que se omite en muchas ocasiones, quizás por desconocimiento, es el enorme efecto inducido que tiene en la economía. ¿Cuántas empresas del sector servicios, que no son turísticas, realizan la mayor parte de su facturación a empresas del sector turístico?
La ocupación hotelera ha rondado el 44 por ciento de media en Andalucía en julio y agosto, un dato superior al de otras comunidades autónomas, pero lejos de los buenos resultados de los últimos años. A todo ello se une el temor a una temporada de invierno aciaga para el sector.
En Ciudadanos sabemos de la importancia que tiene el turismo en nuestra economía y el peso que tiene tanto de forma directa como indirecta. El apoyo desde las administraciones al sector turístico debe ser por tanto claro y decidido. Apoyar al turismo es apoyar a nuestra economía, el empleo y el bienestar de los ciudadanos.
Por eso desde el gobierno andaluz hemos impulsado medidas para transmitir la confianza en el destino Andalucía, un plan de cloque ante el enorme impacto que la crisis sanitaria está causando y medidas para incentivar el turismo interno entre los propios andaluces.
El sello Andalucía segura ha transmitido la confianza necesaria en la calidad de nuestros establecimientos que han puesto en marcha los protocolos necesarios para cumplir con las normas sanitarias derivadas de la crisis. Este sello, junto con la campaña de promoción de nuestro destino turístico, sin duda han ido encaminados a fortalecer la imagen de destino seguro.
El plan de choque dotado con más de 300 millones de euros para apoyar al todo empresarial ha sido sin duda contundente y conforme a lo que las instituciones deben poner en marcha ante la gravedad de la actual crisis. Las medidas no dejan de sucederse para ayudar a un sector que afronta la temporada baja antes de lo habitual.
Se ha añadido en los últimos días otra medida desde la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía. Los bonos turísticos, para animar el turismo entre los propios andaluces, incentivará la actividad en esta temporada baja y supondrá un ahorro fiscal a los andaluces que se acojan a él.
Desde Andalucía se ha intentado en numerosas ocasiones que estos bonos turísticos fueran de ámbito nacional. Hubiera sido lo deseable para propiciar un efecto sin duda mucho mayor. También se ha echado en falta una activa política de comunicación exterior para transmitir la seguridad del destino España. No hemos visto a ningún ministro visitar los principales mercados emisores, más allá de la conocida visita de la ministra de Asuntos Exteriores a Gibraltar.
Se ha dejado que cunda el pánico y algunos gobiernos europeos han restringido a los visitantes atraídos por nuestro destino, cuando Andalucía ha estado este verano en unos niveles muy bajos de transmisión y ha sabido llevar a cabo medidas de seguridad para nuestros visitantes.
El liderazgo que Andalucía ha tenido este verano en turismo nacional no ha sido suficiente para mantener una actividad similar a la habitual. Afrontamos una temporada baja ante la que la aplicación de los ERTEs hasta el 30 de abril es esencial para la supervivencia de las empresas del sector turístico y por tanto del principal sustento de nuestra actividad económica.
Artículo de Carlos Hernández White en Málaga Actualidad (24-09-2020)