A continuación se reproduce íntegramente el discurso de Gonzalo Sichar, portavoz de Ciudadanos en la Diputación de Málaga, con motivo de la celebración del Día de la Provincia:
Señor presidente, alcalde de Yunquera, diputados provinciales, vecinos de Yunquera y todos los que nos acompañáis en este día de celebración, muy buenos días a todos.
Nos reunimos hoy con motivo de la conmemoración del día de la provincia de Málaga, una provincia que es rica en diversidad. En Málaga encontramos maravillosas playas, futuros parques nacionales en un entorno montañoso, nuestro “pescaíto frito”, nuestro afamado salchichón, productos gourmet y productos de la tierra. La riqueza de nuestras nueve comarcas es reconocida justamente, y no puedo pensar en ninguno de nuestros 103 municipios que no tenga una singularidad digna de reconocimiento, como la recreación de la Yunquera Guerrillera por la que es conocida este paraíso del pinsapo en el que nos encontramos, o el Día de la Sopa Mondeña o el castillo de Al-Mundat de nuestros vecinos que visitaremos mañana, por citar tan solo varios ejemplos de la comarca de la Sierra de las Nieves en la que con justicia, este año celebramos nuestra condición de malagueños.
Dentro de esa rica diversidad malagueña, nos encontramos en un enclave especialmente privilegiado. La próxima declaración del actual parque natural de la Sierra de las Nieves como parque nacional hará que, con todo merecimiento, esta zona de la provincia de Málaga entre por la puerta grande en el selecto club que actualmente integran quince parajes españoles, y ya en Andalucía, únicamente Doñana y Sierra Nevada. Tales son los tesoros que escondemos. Y este feliz acontecimiento ha implicado y seguirá implicando un desafío para los municipios que integran el futuro parque nacional para mantener las condiciones que les han hecho acreedores de tal calificación. Y todas las administraciones hemos de estar a la altura de ese desafío, con la Diputación de Málaga en primera línea junto a los ayuntamientos del futuro parque.
Y es que Málaga es rica para los cinco sentidos. Les invito a acompañarme a un viaje express, un viaje de sensaciones por Málaga.
De sobra son conocidas mundialmente nuestras playas y nuestro clima privilegiado, que atraen visitantes de todos los puntos del Globo. Y tenemos mucho que ofrecer en ese sentido. Nuestro paisaje costero cuenta con atractivos como el Balcón de Europa de Nerja, el paraje natural de los Acantilados de Maro y Cerro Gordo o el paraje natural de la Desembocadura del Guadalhorce. No obstante, ya empiezan a ganarse su espacio a nivel internacional focos de atracción malagueños que se han convertido en estandartes de nuestra provincia de Málaga a nivel nacional, como la reserva natural de la Laguna de Fuente de Piedra y sus flamencos, las caprichosas formas que el aire, el agua y el tiempo han tallado pacientemente en la roca en nuestro paraje natural del Torcal de Antequera, o nuestro ya archiconocido Desfiladero de los Gaitanes y Caminito del Rey, que se han convertido en un pulmón económico innegable para toda la comarca y que debe sumar actividad al futuro Parque Nacional de la Sierra de las Nieves, conformando un nuevo polo de desarrollo económico no solo para los municipios que integran el parque, sino para toda la provincia. Tenemos monumentos patrimonio de la humanidad como los Dólmenes de Antequera y reservas de la biosfera como el parque en el que nos encontramos. Tan solo unos pocos ejemplos en los que recrear la vista.
Tras este recorrido a vista de pájaro por la provincia, cercano ya el mediodía, habremos de parar a reponer fuerzas. Acerquémonos a cualquier venta de uno de los luminosos pueblos de nuestra provincia, con sus calles adoquinadas y sus casas encaladas, y prestemos oído al camarero atender a los comensales:
– “El menú está confeccionado únicamente por platos malagueños, e incluye un primero, un segundo, una bebida y un postre. Pueden elegir entre 5 primeros y 5 segundos. Como primero tenemos ajoblanco, porra antequerana, ensalada malagueña, sopa perota o gazpachuelo. Como segundo tenemos plato de los montes, huevos a lo bestia, coquinas, boquerones fritos al limón o fritura malagueña. Y como postre pueden escoger entre bienmesabe, borrachuelos, pestiños de vino dulce, tortas locas o mangos de la Axarquía. Todo regado con tinto o blanco de la casa denominación de origen Sierra de Málaga y para acompañar al postre la casa ofrece una copita de Pedro Ximénez de Málaga. ¿Qué van a tomar los señores?…
Dejemos a nuestros paisanos recrear el gusto con este “Sabor a Málaga”. Acompáñenme, salgamos de la venta y dirijámonos hacia el mercado que hay en la plaza del pueblo. De camino, nos cruzamos con atareados artesanos y con vecinos paseando. Cuando llegamos, nos acercamos a los distintos puestos. Los hay de todo tipo: de artesanía, de comestibles, de ropa… Como soy muy curioso, no puedo evitar examinar algunos artículos. Así, compruebo la aspereza de las cestas y las alpargatas de esparto que nos muestra un viejo artesano, o la rugosidad de las conchas con las que una joven ha realizado atrapasueños que tiene a la venta, o la textura elástica y flexible de una deliciosa pasa que me da a probar el dueño del puesto de al lado. Todas estas texturas son una sonata de contrastes para el tacto.
Va cayendo la tarde y se acerca la hora de la actuación a la que quiero invitarles. Desandemos pues, el camino y vayamos hacia el auditorio municipal. Al salir de la plaza, donde no hace mucho recuerdo que ensayaba la banda de cornetas y tambores para Semana Santa, está tocando una panda de verdiales con su característica armonía y la estridencia de sus violines al frenético ritmo marcado por las guitarras y los panderos, y es que la romería del pueblo será dentro de un par de semanas. Los dejamos atrás, y nos volvemos a cruzar con el afilador que deja de pedalear para hacer sonar su chiflo. Me fijo en los vecinos que se asoman a la ventana apartando los visillos al oír la peculiar melodía y me sonrío. Por fin llegamos al auditorio, donde vamos a tener la suerte de escuchar un recital de música clásica ofrecido por una de las numerosas orquestas de gran calidad que tenemos en nuestra provincia de Málaga. ¿No se han dado cuenta? Una verdadera sinfonía de sonidos para sus oídos.
Cuando salimos del auditorio ya ha anochecido, y el dulce olor de la dama de noche me golpea. No podría decirles por qué, pero siempre he asociado el olor de esta flor al de los cítricos recién cortados, que tan a menudo disfruto cuando visito a mi compañera en el valle del limón… Proseguimos nuestro camino y pasamos por delante de la iglesia del pueblo, de donde sale el poderoso aroma del incienso que inmediatamente me traslada a la solemnidad de nuestra Semana Santa. Calle abajo, un vendedor ambulante nos ofrece unas biznagas, precedido de la embriagadora fragancia del jazmín, y que contrasta con el casi corpóreo perfume del romero que olimos esta mañana cuando visitamos los Montes de Málaga. Pasamos junto a un chiringuito, donde nos asalta el olor del ahumado de los espetos de sardinas que se hacen lentamente al calor de las brasas. Entro a la playa y, junto a la orilla, inspiro profundamente, intentando apoderarme del olor salado y penetrante del mar para rematar esta miríada de olores que convierten al olfato, con su poder evocador, en otra vía para vivir la experiencia de nuestra provincia de Málaga.
Todo esto es Málaga para mí: un festival para los sentidos. Espero perdonen este torpe intento de hacer justicia a mi tierra adoptiva.
Por último, permítanme hacer uso de una herramienta más para evocar sensaciones, quizás la más poderosa de todas: la memoria, capaz de hacernos recordar cualquier sensación percibida por los sentidos. En este caso, la memoria colectiva, para intentar trasladarles las virtudes que he sido capaz de identificar en el pueblo malagueño. Somos un pueblo hospitalario, como tuvimos ocasión de probar con el trágico motivo del naufragio de la fragata Gneisenau y que brindó a la ciudad de Málaga el título de “muy hospitalaria” que figura en su escudo y que es justamente extensible a toda la provincia. A mí me han hecho sentir como en casa, y estoy convencido de que ese es el motivo de que tantos turistas se decidan cada año a visitarnos y de que no pocos decidamos establecer aquí nuestra residencia.
Los malagueños somos emprendedores, como el II Marqués de Larios.
Somos audaces, como Bernardo de Gálvez u Omar Ben Hafsún.
Somos reflexivos, como María Zambrano.
Somos comprometidos, como Victoria Kent o Antonio Romero.
Somos generosos, como fray Leopoldo.
Nos tomamos la vida con humor, como Chiquito de la Calzada o Dani Rovira.
Somos, en definitiva, universales, como Pablo Picasso o Antonio Banderas.
Pero los malagueños también somos justos y tenemos la obligación de recordar, como el historiador yunquerano Nicolás Cabrillana Ciézar. Debemos recordar que a lo largo de la historia, esta comarca con raíces tan profundas como la sima GESM se ha esforzado en conservar ecosistemas únicos, que la han hecho merecedora de reconocimientos internacionales como el de reserva de la biosfera; y nacionales, como la próxima declaración de parque nacional, aportando con ello un valor añadido a toda la provincia que hoy reconocemos celebrando aquí este pleno. La Sierra de las Nieves lleva ya varios siglos siendo un “soplo de aire fresco” para la provincia de Málaga, desde que sus ventisqueros abastecieran de nieve a muchas poblaciones que, de otra forma, no habrían contado con dicho producto. Por ello, en justa correspondencia, es necesario expresar nuestro más firme compromiso con la mejora de la calidad de vida de nuestros convecinos de esta comarca y de toda la provincia.
Una provincia de la que si bien no soy natural, a ella me unen lazos profesionales, emocionales y familiares. Lazos profesionales porque como reza la sabiduría popular española, uno no es de donde nace, sino de donde pace, y ya antes de dedicarme a mi actividad política y a trabajar por esta maravillosa provincia, trasladé mi actividad profesional a Málaga hace ya más de 10 años. Lazos emocionales porque aquí en la Feria de Málaga conocí a la mujer con la que comparto mi proyecto vital, que está indisolublemente unido a esta tierra. Y lazos familiares porque he tenido la suerte de ser padre de una malagueña. Creo que es fácil adivinar las razones por las que me considero un malagueño más. A esto, súmenle el hecho de que he viajado mucho y pocos lugares he conocido tan dignos de dedicarle tiempo, trabajo y esfuerzo como Málaga, y a ello he dedicado mi empeño en los últimos años.
Y es que yo entiendo la política de esta manera. La política ha de ser un compromiso personal con la comunidad, con la sociedad en la que vives. Un compromiso para mejorar las cosas. Y desde una administración como la Diputación, en la que no se nos elige directamente por parte de la ciudadanía, debemos redoblar nuestros esfuerzos para hacernos merecedores de la confianza depositada en nosotros, los diputados provinciales, de forma que nuestros convecinos vean la utilidad de nuestra acción, y que puedan constatar que gracias a nuestras iniciativas mejoran sus condiciones de vida. Ese es mi compromiso con ustedes.
Muchas gracias.